En este último tiempo, se ha vuelto toda una novedad un juego llamado farmville, que al igual que las diferentes entregas de Harvest Moon, brinda la posibilidad de desarrollar un emprendimiento agrícola. Pero cómo entender este fenómeno, nos lamentamos por como la tierra se va sustituyéndose por computadoras y espacios virtuales, porque también podríamos celebrar que pese a la sociedad-red, todavía se intenta acercarse a prácticas antiguas, a vivir con la naturaleza. La idea de este post es pensar esto y dejar la discusión abierta para quién quiera sumarse, igual anticipo que por ahora me inclino por la primera opción. La redacción me llevo varios días, fue parte de un proceso donde realmente llevé adelante un debate interno, corregí cosas, etc., esto puede explicar los divagues o incomprensiones.
El objetivo de Farmville es lograr que nuestra granja, que comienza desde cero, prospere. Para eso podemos cultivan vegetales y se crían animales, los cuales son comercializados y permiten comprar elementos para invertir en nuestro emprendimiento. Hay además un sistema de categorías según la experiencia que vayamos logrando.
Es un juego de gran éxito; hasta hace pocos días, era el juego más popular de facebook, con 81.844.829 usuarios activos mensuales el 16 de abril de 2010. También puede jugarse desde algunos teléfonos celulares. Incluso existe un foro que refiere sólo al Farmville
No es el primero en este tipo; en 1997 aparecía la primera entrega de Harvest Moon, donde también se debe mantener una granja: se siembra y se cultiva verduras según las estaciones, y se crían animales: vacas de las que se obtiene leche; ovejas para lana y gallinas, huevo; incluso se puede pescar en ríos y lagunas. Recuerdo que hubo un año durante mi secundaría que varios compañeros del curso se fanatizaron con este juego que por cierto tiempo fue el tema de conversación casi excluyente entre ellos (yo no sé cómo pero no caí)
Si bien el juego empezó de manera muy rústica, con gráficos bastante pobres, con los años y las diferentes entregas (más de veinte) se fue complejizando y mejorando mucho su calidad –el mismo recorrido que hicieron todos los videojuegos-; ahora las variantes y los gráficos que logró dan una muy fuerte sensación de realidad.
Esta frase “sensación de realidad” es el gran disparador del debate. ¿Se trata de un caso más de la virtualización de la vida? Otro ejemplo de cómo las relaciones entre nosotros son cada vez menos personales. No es parte de un proceso en el cual van desapareciendo los lugares comunes (y los verdes) donde encontrarnos y estos son reemplazados por espacios en Interent –no es el caso más grave, pero alguna vez vi que un cartel en el Obelisco que revelaba que esa plaza, como muchas otras más, tiene su perfil en Facebook-.
Así, continúa con fuerza este doble juego, donde por un lado, el cemento avanza sobre la naturaleza, pero, conjuntamente, se da una desterritorialización, una virtualización. Reconozco las críticas que señalen la hipocresía de criticar esto en un blog.
¿Por qué simular? No podemos pasar esas horas que perdemos haciendo cosas que realmente nos conecten con la tierra; incluso es posible, como intento mostrar con este blog, hacerlo desde caso. Duele ver tantos balcones, en al gran mayoría de los casos más grandes que el mío, completamente vacíos, sin una planta.
Toda esta gente, que en ciertos casos debe vivir muy cerca y nunca se habló, en vez de dedicarle tiempo a eso, no puede juntarse y encarar una experiencia de recuperar un espacio y crear una huerta comunitaria, trabajando la tierra y relacionándose con personas de manera totalmente distinta, como existen algunas, como pareciera que se da más seguido en España y como surgieron tantas luego del 19 y 20 de diciembre.
Pero hay otra lectura, más positiva, podríamos decir que si bien se da este proceso, ligado directamente a la Sociedad de la Información o Sociedad-Red, es válido que la gente se vuelque a estos juegos, pues implica que todavía hay cierto deseo de reencontrarse con lo natural.
Incluso podríamos pensar que hay cierta memoria social en torno a la vida con y en la naturaleza, la cual justificaría que todos los años, en vacaciones, mucha gente decida escapar de la ciudad e ir a las sierras, al río o al sur (aunque luego vuelven a vivir y trabajar en altos edificios de concreto); o que todavía haya reivindicaciones de la vida en el campo como ideario de paz (aunque se oculten las condiciones reales de vida de la mayoría de los trabajadores rurales y campesinos).
Sin embargo, por lo menos por ahora, creo que un razonamiento que podría simplificarse en : de todos los juegos que hay, se opta por uno donde hay que trabajar en una granja implica un deseo de reencontrarse con lo natural está más cerca de la autocomplacencia quede un planteo más serio
Aunque, paradójicamente, el último Harvest Monn tenga entre sus tareas, según señala el sitio Modoexperto: “Conseguir que nuestros vecinos velen por el medio ambiente. En otro tiempo, en este idílico lugar la gente y la naturaleza coexistían en perfecta armonía. Pero aquello se ha olvidado: nuestra misión consiste en recordar a nuestros coterráneos cómo vivir respetando la naturaleza”.
El debate queda abierto, y todos están invitados a comentar. Yo todavía no termino de cerrar las ideas….
bueno, no soy fan de Farmville pero si de la ex competencia [Country Story] En retrospectiva puede ser que desatara las ganas de iniciar una huerta no virtual. Si no fuera por los blogs y foros sobre jardinería urbana jamás me hubiera enterado que se pueden hacer huertos en macetas.
ResponderEliminarComparto lo de los balcones vacios y lo de la memoria social.
saludos
Hola, tienes un premio para tí en nuestro blog. Un abrazo. Yolanda
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