miércoles, 2 de febrero de 2011

La tierra en que plantamos (IV): ¿Qué sustrato utilizar?


Luego de un interesante desarrollo en el que intentamos realizar una aproximación al tema de la tierra en que plantamos, llegamos a este último punto en que nos queda ver cuál sustrato es el más indicado para los cultivos. Y la primera respuesta que debemos dar, por más que sea una desilusión luego de crear tanta expectativa, es que no existe un sustrato o una mezcla ideal, pues son muchos los factores que intervienen (entre ellos, los requerimientos de cada planta).
            Sin embargo, se pueden brindar elementos para acercarnos a esto que buscamos, teniendo en cuenta qué características debemos tener en cuenta. Sobre el final del artículo, ofrezco la mezcla que suelo realizar, que fue consecuencia de la experiencia de estos años, de mucha prueba y error.
            Como ya hemos mencionado, el tema de la tierra en que plantamos no es algo menor, sino que es determinante de un buen desarrollo de las plantas, sobre todo en macetas, donde la falta de espacio significa: menos lugar para el desarrollo de las raíces, menos nutrientes disponibles, mayor evaporación del agua, etc.
            Otro tema importante son los costos. Si bien se puede gastar mucho si se compran los sustratos de mejor calidad, también está la posibilidad de bajar mucho los costos. En mi caso, por ejemplo, realizo mi propio compost, la tierra que uso de base tiene buenos niveles de fertilidad por las técnicas de abonado que mencionamos en el blog,  no compro la arena, etc.

Qué debemos tener en cuenta

            Como mencionábamos anteriormente, si bien no es posible dar una fórmula exacta y perfecta para lograr una tierra ideal para cultivo, hay variantes que podemos  tener en cuenta. Así un buen sustrato debe:
* Ser rica en nutrientes, los cuales deben estar bien distribuidos e ir siendo incorporados gradualmente por las plantas.
*Tener buena capacidad de retención de agua; pero a su vez permitir un buen drenaje: que mantenga suficiente cantidad de agua para alimentar a la planta (esa función de esponja que ya mencionamos que tiene la materia orgánica), pero que no se “empantane” y pudra sus raíces
*Poseer buena aireación, tanto para la planta como para los microorganismos que viven en la tierra. Esto se va a dar si el sustrato cuenta con poros, si la tierra no se compacta.
*Tener baja salinidad.             
* Lograr una estructura estable. Que no se contraiga o expanda, que logre mantener su tamaño y servir de soporte para las raíces
*Tener una buena estabilidad, que mantenga sus propiedades durante varios meses.
Luego hay otras dos características que sería bueno que estuvieran, pero que no son necesarias:
En el caso de cultivos en canteros u espacios aún más grandes, es importante que el sustrato sea fácil de trabajar.
En el caso de macetas pequeñas, deberíamos ver que sea ligero, por lo que será fácil de trasportar. En el caso de tener muchos contenedores, en algún momento se debe evaluar el peso que se ejerce sobre un balcón.

La mezcla ideal
            Ahora bien, ¿qué hacemos con estas características?. Simplemente debemos buscar combinar sustratos que den un resultado que intente cumplir con estas expectativas. Debemos mezclar sustratos de diferentes características, propiedades, tamaños, etc.
            Será necesario sumar algún tipo de tierra abonada que de nutrientes, turba o algún otro sustrato que de esponjosidad, alguno de los sustratos artificiales que veíamos para airear el terreno etc.
            Podemos tomar como modelo las mezclas pre elaboradas que venden en casas especializadas que  por ejemplo traen: turba, fibra de coco, vermiculita, perlita y composta
            Pero incluso es posible que la mezcla que creíamos la mejor opción, termine fallando; me ha pasado de estar seguro del éxito de un sustrato y luego, al terminar el ciclo y revolver la tierra rompiendo los restos de raíces, ver que se había formado un solo bloque, durísimo; o demasiado húmedo, producto de un mal drenaje.
            Entonces, la conclusión que podemos sacar es que el sustrato ideal será el resultado de un proceso de búsqueda y experimentación que tenga en cuenta las consideraciones que realizamos en estas líneas.
            En mi caso, tengo un lineamiento general que luego se acomoda a los requerimientos de la planta, lo que tengo en ese momento, etc. Se trata de tres partes, aunque la tercera suele un poco menos que las otras dos:
Primera parte: Tierra base. Es la tierra común, la que ya estaba en la maceta, la de otras plantas; la que se  puede recoger de ciertos baldíos (que tengas seguridad de que no haya contaminación); la que viene en los plantines; la que venden como abonada pero, por su costo y calidad, vemos que es bastante pobre; etc.
Segunda parte: aporte nutrientes (aunque también de esponjosidad y otros beneficios). Se trata de todos los abonos: humus de lombriz, compost, fibra de coco, estiércol seco, etc. Yo suelo usar el compost que, gracias al blog, empecé a hacer y un sustrato que compro que grande dice “Compost orgánico”, pero que abajo figura como corteza de pino compostado;  tocándolo y mirándolo te das cuenta que es de muy buena calidad y su precio es bastante accesible.       
Tercera parte: Agregados. Son los elementos artificiales o naturales que sirven para airear la mezcla, mejorar su retención y drenaje, etc En mi caso, se trata de perlita y arena, además de la leca que sólo va en la base, para que no se tapen los agujeros.

Sin escusas
            Es importante aclarar que siempre estamos hablando de un sustrato que mejore las posibilidades de un buen desarrollo de las plantas, esto no quiere decir que sea una condición necesaria, imprescindible para comenzar.
            Es una técnica más con la que contamos para atenuar las dificultades que implican el cultivo de hortalizas en macetas o mejorar los rendimientos del cultivo en tierra.
            Perfectamente podemos comenzar con la tierra que tengamos a mano, los resultados no serán los mejores, pero tampoco es que no prosperarán.
            Las tierras se van empobreciendo con el tiempo, por lo que si tiene poco uso, si tenemos una maceta que hace tiempo no tiene una planta o le ponemos alguna flor en primavera que con suerte llega al verano, en ese lugar vamos a tener nutrientes y el tema del aireado y drenaje podemos solucionarlo “rompiendo “ la tierra.
            Además, cualquiera de las tierras que venden “envasadas” en supermercados que podemos agrupar bajo el nombre de “mezcla universal” es apto para el cultivo; contiene abono y arena.
No hay escusas. En todo caso, empecemos con lo que tengamos o podamos conseguir esta temporada y para la próxima ya podremos ponernos a mejorarla, incluso se puede abonar con la planta en pleno desarrollo.
FTES:

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