lunes, 27 de septiembre de 2010

Pulgones: esa pequeña gran amenza

Uno de los principales problemas, tal vez el más molesto, que apareció en mi corta experiencia son los pulgones, unos bichitos que con mucha constancia intentan destruir tus plantas. En este artículo se recopila información sobre ellos y, sobre todo, recursos para combatirlos
.
Pulgones en las alturas
            Se trata de una de las plagas más comunes y ataca a la mayoría nuestras verduras. De color verde o negro, se trata de pequeños insectos “chupadores” que se alimentan de los jugos azucarados de la savia de las plantas, por lo que perjudica su crecimiento, disminuye su floración e incluso puede generar la aparición de hojas enrolladas o brotes deformados. También pueden trasmitirle a una planta la enfermedad de una anterior de la que se hayan alimentado.
Por otro lado, además de quitarle su alimento a la planta, dejan sobre la hoja un líquido azucarado que puede beneficiar la aparición de hongos.
La situación se agrava por la velocidad con que se desarrollan y como siguen reapareciendo. Como señala el Instituto Nacional
de Tecnología Agropecuaria (INTA): “Una hembra puede generar alrededor de 80 nuevos pulgones por semana. Este es el secreto de su capacidad de daño, ya que aumentan su población en pocos días”.
Tal vez la cifra no les diga nada, pero para mí es muy significativa, volviendo la situación mucho más frustrante. Cuando empecé con esto de plantar verduras en mi balcón, había pensado que de tantas implicancias negativas, vivir en un piso tan alto iba a tener una ventaja: no iba a preocuparme por los insectos y las plagas. Estaba muy equivocado.
La mayoría de mis plantas han tenido que padecerlos. El caso más grave fue el de una berenjena que planté el año pasado,  a la que le atacaron con saña todas sus flores y no le dejaron formar el fruto. 
Otro caso fue el de unos ajos que tenía medio descuidados, los regaba y esas cosas pero no estaba encima como estoy hoy con otras plantas. El tema es que vía oscuro los troncos y cuando me acerqué descubrí que en realidad era una sola capa de pulgones bien negros, uno al lado del otro, sin dejar ver nada de la planta.
Por último, también recuerdo la primera vez que planté zanahorias. Recién empezaba con las plantas y ni siquiera había escuchado nombrarlos, veía que entre muchas hojas lindas, había algunas que se iban poniendo amarillas y finalmente se secaban. En aquel momento supuse que era algo natural o que se daba por las condiciones en que planto, como el calor, el sol fuerte o el viento; pero un día me acerqué a ver con detenimiento y descubrí unos pequeños insectos, del mismo color que las hojas, ese fue mi bautismo con los pulgones

¿Cómo hacerles frente?
            El relato anterior pareciera describir una plaga inevitable, invencible, pero puede combatirse. Y los métodos son muchos y variados.
            Antes que nada, como muestra el ejemplo de mis zanahorias, el primer consejo que puedo darles es que hay que controlar mucho, dedicarse a un tiempo para ocuparse del tema antes que sea tarde. Además, lo ideal sería ser tan constantes como ellos, mirar la planta, la parte de atrás de las hojas, la tierra, pues si te dormís puede ser tarde. Me pasó varias veces de tener una maceta en un lugar difícil de alcanzar, o en momentos de locura de la facultad que no me deja tiempo para nada, entonces sólo miraba la planta por arriba, regaba o alguna cosa más.
            Por otro lado, este caso se corresponde con los consejos para la prevensión de plagas y enfermedades que recomienda Infojardin :
·         Mantén las plantas FUERTES Y VIGOROSAS; así serán mucho más resistentes a los parásitos.
  • Mejora las características del suelo: labra, aporta abono orgánico (turba, estiércol, mantillo), drenajes si son necesarios, etc.
  • Riega lo necesario, ni mucho ni poco.
  • Ferlización equilibrada. Un exceso de Nitrógeno hace a las plantas más tiernas para los insectos.

Una de las formas más simples que se recomiendan para repelerlos es con agua a presión. En las situaciones  de las que solemos hablar (huerta en macetas, con poco espacio, etc.) una solución es utilizar, desde muy corta distancia, un rociador de esos que suele usan los peluqueros para peinar o que vienen con los productos de limpieza (que para usar esos había que limpiarlos muy bien).
También se puede hacer el mismo proceso con agua enjabonada (con jabón blanco de la ropa). Siempre pensé que el jabón era para de alguna manera fijar lo que se utilizara, pero tenía otra razón, según lo explica el INTA: “Este tipo de insectos tiene orificios a lo largo del cuerpo que les permite respirar. Si se les rocía con un líquido viscoso (como el agua con jabón) se los ahoga”.
Otra opción es tener otras plantas cerca para proteger a las que están “amenazadas”. Existen aromáticas que los repelen, entre las cuales las más familiares son la menta, la ruda y la ortiga. También se pueden plantar especies amarillas, un color que los atraen, o con flores que, al ser las primeras en ser atacadas, funcionan como una trampa.
O directamente hacer una trampa. El INTA recomienda dos maneras: La primera la podemos construir con una lata de dulce de batata pintada de color amarillo por dentro y por fuera. Conviene que este elevada a 1 mt aproximadamente. A esta lata le pondremos agua en su interior y unas gotitas de detergente. Los pulgones voladores se dirigirán rápidamente a la lata y no podrán salir. El segundo tipo de trampa se hace con placas amarillas. La idea de estas trampas es que los pulgones se atraigan por el color y queden adheridos a las mismas. Estas se arman con cualquier material que resista la intemperie (plástico, chapa, etc.). Se pintan de amarillo y se les coloca una bolsita de plástico transparente (como las de panadería) A esta placa envuelta la pintamos con aceite de auto usado o grasa  De esta manera queda la trampa lista".

Purines, infusiones y otros preparaciones:
            Una vez que los insectos están atrapados, se pueden hacer dos cosas, o desechar la trampa o aplicar sobre ella algún tipo de preparación que elimine o repele a los pulgones.
            En páginas o foros especializados puede encontrarse una muy variada lista de posibles combinaciones. Antes de pasar a algunos casos, me parece importante hacer una pequeña  explicación sobre qué es un “purín”, pues en diferentes fuentes se da como algo conocido, familiar, y en mi caso, cuando arranqué con las plantas tardé un tiempo en descubrirlo.
            Se trata de fermentos que se preparan a partir de restos vegetales (originalmente de estiércoles, pero dudo del interés de desarrollar algo así en un macetohuerto) que se sumergen en agua durante cierto tiempo. Luego se cuela y se utiliza el líquido resultante
            Un par de aclaraciones que en diferentes sitios coinciden en señal. El primero refiere a que debe prepararse en un recipiente no metálico (plástico, vidrio, cerámica), el cuál debe guardarse tapado, pero no del todo para que pase algo de aire,  en un lugar oscuro. Se debe revolver todos los días.
            Después hay que considerar el agua que se usa. El tema es que el agua de la canilla contiene cloro, el cuál mataría las bacterias que participan en el proceso. Lo ideal sería recoger agua de lluvia, peor de no ser posible, encontré dos opciones, la primera es de Cristian Stehmann, que recomienda dejarla dos días bajo el sol previo a macerar.
            La otra es del sitio armanda bronca, que tiene todo un post sobre cómo eliminar el cloro del agua de la canilla De todas ellas, la más fácil es la siguiente: “ En una jarra echar agua de la canilla, introducir una pequeña rama de citrón, o de menta, o una ramita de pino, o eucalipto o de cualquier planta aromática, o unos gajos de limón o cualquier fruta. Revolver. Dejar reaccionar unos segundos -contar hasta 10, por ejemplo. Retirar las plantas aromáticas o gajos de fruta y tirarlos.”
            Una última recomendación que me parece importante hacer, cuando recién se empieza a usar estos preparados, conviene aplicarlos sobre alguna partecita puntual de la planta para ver que no esté muy concentrado y la lastime. Me pasó de utilizar uno a base de alcohol que apliqué directamente sobre toda la planta y, al no haberlo diluido lo suficiente, me terminó quemando un pequeño plantín. Es por eso que siempre conviene probar en alguna parte para amortiguar el posible error.
            Ahora sí, una lista de las posibles preparaciones contra los pulgones según el vegetal que se use en la maceración:

Naranja:
            Hervir dos hervir dos tazas de agua con la cáscara de una naranja. Dejar reposar 24 horas, filtramos y  agregar un poco de jabón blanco. Según explica el INTA, los cítricos tienen en sus cáscaras aceites esenciales, los cuales combaten los insectos.

Cebolla:
            Se produce una solución a partir de colocar las cáscaras de dos o tres de ellas en un litro de agua caliente dos horas antes de aplicar.

Ajo:
            Por un lado, se pueden poner varios dientes en un recipiente con agua durante todo un día, lluego se lo lleva a fuego lento y se lo cocina durante alrededor de 15 minutos. Antes de usar dejar enfriar.
            Por otor  lado, se puede pueden licuar 5 dientes con medio litro de agua y de alcohol. Se guarda en al heladera en un frasco bien cerrado y se utiliza para pulverizar tanto la planta como la tierra.
            El ajo, cortado, también se puede enterrar en la tierra que rodea a la planta.
Ortiga:
            Se dejan a acerar 100 gramos de la planta (ramas y hojas) en un litro de agua fría. Se va revolviendo muy seguido, hasta alrededor de los 15 días, cuando se filtra.
   La misma preparación, con otras medidas, según el INTA: Tomar 200 grs. de plantas de ortiga, cubrir con agua y dejar fermentar por tres semanas. Tomar una parte de purín con 7 de agua y pulverizar”.

Ruda:
   Se prepara un purí a partir de 200 gramos de la planta en agua durante 15 días

Tomate:
   Se trituran brotes frescos u hojas en agua hirviendo y se deja reposar durante 12 horas.


Ajenjo:
Se maceran 300 gramos de la planta en un litro de agua durante una semana. Luego se filtra y se pulveriza la planta afectada cada 15 días.

Ají putaparió:
            Acá va el textual del INTA: “Los pimientos, especialmente aquellos “de la mala palabra” (como dicen nuestras huerteras mas pudorosas) son ricos en sustancias que irritan a los seres vivos. Debemos siempre tener algunas plantitas en la huerta (con la precaución que se cruzan con los pimientos comunes y le dan un gusto más picante). Tomamos algunos pimientos secos y los trituramos. Lo dejamos macerar en un litro de agua, filtramos y luego pulverizamos sobre los pulgones.
Aprendiendo juntos
            Como ya mencionamos en un post sobre el cómo hacer compost, , una de las ideas de este blog es comentar sobre mi propia experiencia (incluso, sino sobre todo, mis fracasos) y poder publicar para quién necesite la información que busco para mis plantas.
            En este caso, yo ya probé algunas de estas preparaciones sin un éxito total, definitivo y ahora voy a intentar con otros de los que aparecen en esta lista.
            Hasta ahora intenté con agua enjabonado y el alcohol de ajo. la sensación hasta hace un tiempo era que lamentablemente lo que más me había resultado es aplastarlos con la mano. Pero luego de investigar un poco y ver lo que pasó con una planta que descuidé descubrí que estas estrategias, junto con plantar Ruda y otras aromáticas cerca, lo que hicieron fue atenuar el daño (y la población).
            Junto con este post, voy a sumarle a lo que ya hice, el purín a base de cebollas y traje un pequeño plantín, con una gran flor amarilla, para ver si sirve como trampa. Quedo comprometido a informar los futuros resultados.
Abrazo!

Fuentes:

Foto: Infojardin

2 comentarios:

  1. La entrada me parece muy didàctica y completa. Quisiera saber como combatir orugas, ya que me estàn comiendo todos los geranios. Gracias.

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  2. con una varita delgada tumbalas de tus palantas o en dnode esten, ya estando en el suelo les echas agua caliente y asunto arreglado

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